Los niños de hoy conducirán mañana. Es la lógica de Toyota que, adelantándose a la competencia, acaba de presentar el primer coche para niños. Se llama Camatte, es eléctrico, puede circular a cuarenta kilómetros por hora y además del conductor puede acoger a dos pasajeros, los padres, que tendrán un acceso a los frenos desde el asiento de atrás. “Nuestra intención es atraer la atención de los niños para convertirlos en fans de los automóviles”, explica Kenji Tsuji, el creador del vehículo. “Queremos que vean el lado divertido de los coches, porque lo tienen. Que conozcan el mundo del motor y se ilusionen, y ya veremos los resultados que da”. La carrocería es desmontable, como un puzle, y está disponible en varios colores. Por ahora es sólo un prototipo. Cuando pase los test de seguridad, Toyota intentará meterlo en el mercado. Las ventas de la compañía han caído un trece por ciento en lo que va de 2013.
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