Londres de Pavegen es una incipiente compañía tecnológica británica que pisa cada vez con más fuerza gracias a su baldosa inteligente, capaz de recoger la energía que generamos con cada paso, y hasta con cada salto, para transformarla en electricidad.
Estas baldosas pueden producir una energía útil y lo suficiente como para iluminar las farolas de la calle por la que caminamos o las pantallas de información. Un invento que abre todo un abanico de posibilidades, incluso para el tráfico rodado, aunque su objetivo inicial son los transeúntes. El padre de la idea se llama Laurence Kemball-Cook, un joven de 26 años de edad que arrancó el proyecto en 2009 después de comprobar las limitaciones de la energía solar y eólica.
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